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Mostrando entradas de 2008

Sírvase uno, café gratis

Se me antoja un café ahora. No porque lo haya deseado desde que llegué o porque el frío me lo sugiera, es más, ni me gusta tanto el café. Pero quiero un café ahora. Soy, lo admito, un fanático de las ofertas y el café que me serviré es gratuito. Deseo una taza de café caliente y cuando me dispongo a servirla me decepciona que la cafetera esté fría y está fría por estar apagada. Habrá que encenderla pero carece de interruptor o instructivo visibles así que la inspecciono y después de una superficial análisis descubro que está apagada por estar desconectada. Trato de enchufarla pero el cable es corto y el enchufe en la pared casi inaccesible. Habrá que acercarlos de alguna manera pues ahora se me antoja más una taza de delicioso café caliente. Intento lograr la cercanía moviendo la cafetera hacia la orilla de la mesa pero el cable sigue quedando corto. Habrá que mover la mesa sobre la cual reposa la cafetera inerte, inservible si no está unida a la corriente eléctrica por este cable ridí

Las alas del deseo

"Cuando el niño era niño andaba con los brazos colgando, quería que el arroyo fuera un río, que el río fuera un torrente y que este charco fuera el mar. Cuando el niño era niño no sabía que era niño, para él todo estaba animado, y todas las almas eran una. Cuando el niño era niño no tenía opinión sobre nada, no tenía ninguna costumbre, se sentaba en cuclillas, tenía un remolino en el cabello y no ponía caras cuando lo fotografiaban. (...) "Cuando el niño era niño no podía pasar las espinacas, los porotos, el arroz con leche y la coliflor salteada. Ahora se lo come todo, y no porque lo obliguen. Cuando el niño era niño despertó una vez en una cama extraña, y ahora una y otra vez. Muchas personas le parecían bellas, y ahora sólo con suerte. Imaginaba claramente un paraíso, y ahora apenas puede intuirlo. Nada podía pensar de la nada, y hoy esta idea lo estremece. Cuando el niño era niño jugaba con entusiasmo, y ahora se sumerje en sus cosas como antes, sólo cuando esas cosas son

La mujer de mis sueños

La mujer de mis sueños es definible en estas lineas. Debe tener manos lo suficientemente disponibles para apretar las mías brazos con el largo apropiado para rascarse la propia espalda y también corresponderme en los abrazos ojos capaces de comunicar sin necesidad de palabras labios que no salgan del contorno del rostro sonrisa que no opaque su mirada y viceversa, tendrán que ser complementarias pies tan bellos como su cuello cabello tan largo y ensortijado como sus ideas gustos similares a los míos sin ser idénticos ideas propias complicidades ajenas la silueta breve como un suspiro prolongado la mente abierta y crítica la culpa inexistente el tiempo suficiente para acordarse de mi la vida tan ocupada como para no estar siempre a mi lado un libro en lectura un libro, al menos, en espera un secreto que nunca comparta conmigo y me incite a descubrirlo un sueño que yo sea capaz de cumplir un poema de Benedetti entre sus favoritos una canción de cabecera gusto por la lluvia respeto con mi

Anónimos

Esa historia de amor la que existió y nunca fue escrita quizá para no mancharla de licencias literarias Ellos, amantes eternos los que no fueron famosos los mas afortunados los que vivieron el amor discreto y lo volvieron eterno Los anonimos, los deconocidos ellos son los protagonistas de los amoríos verdaderos no los que se cantan a los cuatro vientos y se comentan en los libros.